El DUOMO (Milán).

 
El DUOMO (Milán). 


Hace unas semanas visitamos en este mismo blog la capital lombarda para enseñaros el templo de  S. Bernardino alle Ossa, un lugar poco conocido. En esta ocasión iremos a su edificio más célebre que no es otro que su catedral, su Duomo.
 



La fachada, realizada en mármol blanco rosáceo, es impresionante: cinco grandes puertas de bronce (una por nave) en la parte inferior; diez pináculos en la superior y balcones, bellas ventanas ojivales y un buen número de estatuas en medio. Por cierto, si nos fijamos podremos encontrar una estatua que se asemeja a la estatua de la libertad. Se llama la La Legge Nuovase dice que sirvió de inspiración para la celebérrima estatua neoyorquina.

Otra curiosidad, la fachada estuvo inacabada durante siglos. Fue Napoleón Bonaparte quien ordenó su conclusión en 1805 por que deseaba coronarse rey de Italia en el lugar.




Al cruzar el umbral nos fascinará las belleza y dimensiones de su interior. Para su construcción se emplearon más de cinco siglos: comenzaron en 1388 (existe una inscripción al respecto) concluyéndose en el siglo XIX, aunque algunos detalles se finalizaron en 1965.



En esta ubicación estuvo la basílica de S. Ambrosio (siglo V) y otra basílica del siglo IX. Un incendio en 1075 destruyó ambos templos siendo reemplazados por lo que hoy vemos, un templo de planta de cruz latina, de cinco naves con un crucero de tres naves y presbiterio. Sus datos son importantes: cinco naves, casi 160 metros de largo, 90 de anchura, miles de estatuas...

    A continuación, como casi siempre, os propongo un plano con lo que creo que son sus más interesantes elementos: 




En este momento aconsejo dirigir la mirada al suelo. Veremos una lámina de cobre o latón incrustada en el blanco mármol que atraviesa las cinco naves. En su recorrido encontramos representados los doce signos del zodiaco. Bien, si visitamos la catedral al mediodía la luz incidirá por un agujero practicado en la bóveda y recorrerá la línea dorada acercándose al signo del zodiaco correspondiente.




También cerca de la entrada, por una escalera, podemos llegar a unos restos arqueológicos datados aproximadamente en el siglo IV. Corresponden al baptisterio de S. Giovanni alle Fonti y a la basílica de Sta. Tecla, edificios construidos al lado de la basílica de S. Ambrosio nombrada anteriormente. Podremos ver restos de mosaicos, pinturas y una gran pila bautismal octogonal en la que la tradición dice fue bautizado S. Agustín.




Volvemos a la superficie. El interior de la catedral nos ofrece una maravillosa exposición de arte en forma de vidrieras, pinturas, esculturas...




Al recorrer las naves podemos encontrar importantes y curiosos elementos como la estatua de S. Bartolomé. Este santo fue despellejado vivo, el escultor lo representó de esta forma que parece una lección de anatomía. Una curiosidad, al pie una leyenda: "Non me Praxíteles sed Marc finxit Agrat" (No me hizo Praxíteles, sino Marco da Agrate). Con ello reclama la autoría en contra de un famoso escultor griego.

Otro elemento destacable es el  mausoleo de Gian Giacomo Medici encargado por su hermano el Papa. Condottiero, está vestido cual soldado romano y dispuesto encima de dos alegorías a la Guerra y la Paz.





Nuestro recorrido por las naves da lugar a la contemplación de grupos escultóricos magníficos.




Me dirijo hacia el curioso altar mayor. No podemos acercarnos como me gustaría. Este altar mayor es un bloque macizo de mármol brocado de la antigua basílica. En el centro del altar se encuentra una placa de un hombre sosteniendo un pergamino (se dice que forma parte de un sarcófago romano del s. III). 

A ambos lados encontramos un gran órgano de tubos (con más de 15.000) que es el mayor de Italia y uno de los 10 mayores del mundo)

 Y, encima del altar, en la bóveda, podemos ver una diminuta luz roja. Es interesante. Nos muestra la ubicación de una importante reliquia: un Clavo de la Cruz de Cristo. El relicario tiene forma de cruz que a su vez está en una estructura que asemeja una nube. Todo el conjunto es bajado una vez al año (el 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz) y colocado tras el altar.





El templo también cuenta, bajo el presbiterio, con una cripta y justo al lado un espacio al que llaman el Scurolo. Es la capilla subterránea de S. Carlos Borromeo, amberga sus restos. Es uno de los santos más venerados de la ciudad. El lugar es impresionante. Está decorado con espejos, mármol, ricas telas y plata, mucha plata.




Nos queda un espacio por visitar que no es otro que el tejado. 251 peldaños nos llevan hasta arriba, pero tranquilos existen dos ascensores que nos transportaran hasta allí en un escaso minuto. Pienso que es la parte más impresionante, totalmente recomendable.




Desde aquí podemos ver y admirar toda la ornamentación gótica: pináculos (135), gárgolas... 




Y estatuas, decenas y decenas que coronan esos pináculos y, el más alto de ellos, la Madonnina considerada por muchos como la protectora de la ciudad. Está realizada en cobre dorado y, aunque parece pequeña no lo es, mide catorce metros de altura. En la mano derecha lleva una alabarda (un buen pararrayos).



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