MONASTERIO SAN PEDRO EL VIEJO. CLAUSTRO. (Huesca).

 
MONASTERIO SAN PEDRO EL VIEJO. CLAUSTRO. (Huesca).


La semana pasada estuvimos en el templo de S. Pedro el Viejo, hoy nos pasearemos por su maravilloso claustro. El acceso se realiza por una entrada a los  pies de la nave sur de la iglesia. En la foto subsiguiente vemos la portada de la entrada a la iglesia desde el claustro. Nada más entrar debemos volver la mirada para observar el tímpano de la segunda mitad del s. XII. Hay dos registros; arriba encontramos un tradicional crismón portado por dos ángeles (podemos ver otro crismón similar sobre una puerta aunque en peor estado); y abajo la escena de la Epifanía. Los personajes parecen estar devolviendo la mirada al espectador.




    El claustro está formado por cuatro pandas que formando un rectángulo dan a un patio mediante arcos de medio punto sostenidos por dobles columnas pareadas. Cuenta con un total de 38 capiteles, 18 de ellos originales, que más tarde veremos detenidamente.




A continuación os muestro la planta del claustro con sus principales elementos.




El espacio más interesante es el que se encuentra al comienzo de la panda E. Es el resto más antiguo del monasterio, construido entre 1096 y 1117, antes que la propia iglesia. En la documentación inicial se cita como la Ecclesia. Es un espacio alargado cubierto por bóveda de medio cañón. Posteriormente fue la Sala Capitular. En la actualidad es una capilla con advocación de San Bartolomé y uno de los panteones reales de Aragón. 

El sepulcro más interesante que contiene es el de Ramiro II, un sarcófago romano de mármol del siglo III d.C. que recibió los restos del rey a su muerte en 1157.  Podemos ver un personaje togado dentro de un clípeo elevado por dos genios alados. Completan la escena Neptuno, Anfitrite y, en los extremos, los gemelos Hypnos y Thánatos.

Una curiosidad sobre este enterramiento. Ramiro II fue enterrado con la espada ceñida a su cuerpo dentro del sarcófago. Pues bien, el cronista Francisco Diego de Aínsa indica que Blasco de Azlor, señor de Panzano, en 1617, se llevó tal espada.
 
En este especial lugar (me pareció muy curioso cuando lo leí) se llegaron a realizar exorcismos. El mismo cronista anterior en su libro "Fundación, Excelencias, Grandezas y cosas memorables de la Antiquísima ciudad de Huesca" (1619) narra el uso antaño de este espacio como emplazamiento de exorcismos bajo la advocación a San Bartolomé.

“ A esta capilla de San Bartolomé traían antiguamente a los endemoniados, para que con los exorcismos e intercesión del Santo fuesen libres. Y en una ocasión estando endemoniada una hija de un Rey o una persona principal, dijo el demonio por boca de la doncella no saldría sino la traían a la capilla de San Bartolomé de la Iglesia de San Pedro de Huesca. Trajéronla y con los exorcismos y oraciones  que en esta capilla se le dijeron  salió el demonio del cuerpo de la doncella y en señal de ello echó una piedra como dos puños, la cual en confirmación del milagro colgaron de una cadenilla en la capilla, donde hoy está”.




El panteón aloja también los restos del rey Alfonso I el Batallador y del prior Fray Bernardo Alter Zapila, último prior de este monasterio benedictino. Alfonso I originalmente no fue enterrado aquí, lo fue en el castillo-abadía de Montearagón (ya hablamos de él en este blog: https://www.viajarverencontrar.com/2020/07/castillo-de-montearagon-quicenahuesca.html ) pero la Desamortización de 1835 trajo consigo el expolio del castillo y para evitar daños en los restos del monarca estos fueron trasladados aquí. Al Batallador le acompañaron una infanta desconocida y otro infante, Don Fernando de Aragón, abad de Montearagón y tutor del rey Jaime I.





Un recorrido por las pandas del claustro nos permitirá descubrir arcosolios, sepulcros, laudas funerarias, relieves, crismones... Todo ello de gran interés. 







Vayamos ahora a sus capiteles. Como dije son un total 38. De ellos 18 son originales  (en rojo en el esquema), el resto corresponde a restauraciones, principalmente del siglo XIX. (El esquema que os muestro procede de la excelente página web romanicoaragones.com).




Comenzamos nuestro recorrido por la mitad de la crujía este y la norte completa. Nos muestra escenas que van desde los Desposorios de la Virgen al Descendimiento de la Cruz. Este tramo conserva muy pocos capiteles originales pero a través de las restauraciones podemos hacernos una idea de los que faltan. A continuación, os muestro la Huida a Egipto y del Descendimiento (originales).





La panda Oeste es la que cuenta con mayor número de capiteles primigenios. Nos llevan desde el Entierro de Cristo a la Lucha entre hombres y serpientes o el Ciclo de Sansón (un anticipo al bestiario y fauna fantástica que encontramos en la siguiente panda).





Continuamos. De la panda sur os enseño dos muy distintos: una bailarina acompañada de un arpista y una lucha entre hombres y monstruos.




Sólo nos queda por ver la mitad de la crujía este. Podemos encontrar un capitel en el que unas fieras están devorando un carnero. El capitel número 38, el último, nos muestra varios momentos del bautismo del emperador Constantino por san Silvestre. (Yo os muestro la cara en la que vemos la comitiva encabezada por el papa Silvestre I).




En el claustro también podemos descubrir tres estatuas de gran tamaño. Seguramente su número total sería el de doce, posiblemente un apostolario. Las estatuas o huellas de ellas se encuentran en las esquinas o en el centro de las pandas, a razón de tres por lado.




Salimos al exterior. Circunvalando el monumento hallamos una una puerta de acceso desde la calle al claustro. Es una obra neorrománica de finales del s. XIX.






Monasterio de S. Pedro el Viejo, un monumento del que hoy conservamos su iglesia y su magnífico claustro. Bien merecen una visita.



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