OLLANTAYTAMBO (Perú).


 OLLANTAYTAMBO (Perú).


Este enclave arqueológico fue una gran ciudad fortificada y mucho más: un complejo militar, religioso, administrativo y agrícola construido sobre dos montañas en un lugar estratégico que domina todo el Valle Sagrado. Albergaba grandes depósitos de alimentos, y lugares para la observación astronómica. 

Se encuentra a unos sesenta kilómetros de Cuzco, en un valle muy especial para los incas. Parte de su nombre, Ollantay, hace referencia a una leyenda que cuenta el amor no permitido entre el general inca Ollanta y la princesa Cusi Coyllur, hija del emperador Pachacútec. Por otra parte, tambo es la palabra usada por los incas para llamar a los espacios de descanso para las comitivas que cubrían grandes distancias. Las terrazas que vamos a subir y ver permanecen casi intactas después de más de quinientos años.

Existió un Ollantaytambo preinca que fue conquistado y destruido por Pachacútec e incorporado al imperio. Fue reconstruido y el valle del río Urubamba irrigado. Durante la conquista, tras la caída de Cuzco, fue capital temporal de Yupanqui (líder de la resistencia) fortificándose principalmente en la dirección del ombligo del mundo. Muy cerca de aquí el Manco Inca derrotó a una expedición española con el ardid de bloquear a la caballería conquistadora inundando el terreno. Pese a ello y ante refuerzos españoles abandonó Ollantaytambo y se retiró a la zona de Vilcabamba. 




Un panel a la entrada nos propone tres circuitos para recorrer el yacimiento dependiendo del tiempo que dispongamos y nuestra capacidad física (nosotros elegimos el nivel intermedio). Por cierto, nos encontramos por debajo de los tres mil metros de altitud y los problemas del soroche están desapareciendo.




Es la única ciudad del incanato en el Perú que todavía está habitada. Un paseo por ella nos permite ver las bases incas sobre las que se construyeron las actuales casas, los canales y hasta El Baño de la Ñusta (la ñusta es la hija del inca que usaría la fuente para purificarse), que es una esculpida fuente inca usada otrora como fuente litúrgica. El agua sería venerada en si misma como fuente de vida. En Ollantaytambo podemos ver unidos la tradición inca, su espíritu, la naturaleza y el Perú actual.




Antes de comenzar la ascensión dirijo la mirada a la ladera de la derecha, a unas construcciones. La zona se llama Pinkuylluna. Las construcciones son restos de almacenes incas (maíz entre otros productos). Su forma es rectangular y tiene grandes ventanas con los  buscaría seguramente una mayor ventilación y frescura.




Además de estos almacenes o qolcas veremos restos de otros edificios que bien podrían ser ruinas de una antigua fortaleza inca o, al menos, puestos de vigilancia y defensa.




Bien, me dispongo a realizar la ascensión. El esfuerzo físico requerido es menor al esperado. Poco a poco voy subiendo entre terrazas asombrándome su perfecta conservación. Abundan las conocidas escaleras incas.  




Durante el ascenso recuerdo la recomendación de un amigo de buscar unas rocas de color rojizo situadas, en un pequeño muro, al principio de cada tramo. Son piedras "energéticas". Si ponemos nuestra manos unos segundos sobre ellas, notaremos un aumento de energía y fuerza para continuar con nuestro ascenso.




Llegué al llamado Recinto de los Diez Nichos llamado así por las diez oquedades trapezoides donde se pondrían objetos. Las piedras están finalmente trabajadas. Es un lugar lleno de misterio cuya función sería seguramente un centro ceremonial.





Por fin llegamos al Templo del Sol, quizá el lugar más impresionante de todo el complejo. Sólo queda la pared oeste con seis grandes bloques de pórfido (cuya cantera está a más de cuatro kilómetros), pero es suficiente para hacernos idea de su grandeza original. Entre las enormes rocas existen unos pétreos listones encajando todo ello a la perfección. Los listones protegerían la estructura de las vibraciones de los seísmos.

Desde este lugar se realizarían observaciones (hay marcas en las rocas) de las estrellas y el Sol que serían importantes para rituales y ceremonias. Las grandes rocas tienen unas "protuberancias" que marcarían posibles alineaciones. También observo restos de las ya conocidas cruces escalonadas o chacanas.




No muy lejos de donde nos encontramos podemos ver restos de antiguas civilizaciones preincas.




Descendemos a la base de las terrazas y diques, vemos restos de numerosas construcciones incas.




Abandonamos el lugar atravesando un gran mercado donde podremos encontrar y comprar todo tipo de objetos relacionados con Ollantaytambo y el imperio inca.


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