EXCOLEGIATA SANTA MARIA LA MAYOR (Toro. Zamora).
EXCOLEGIATA SANTA MARIA LA MAYOR (Toro. Zamora).
La excolegiata de Sta. María la Mayor (dejó de serlo a raíz del Concordato entre el España y la Santa Sede firmado en 1851) nos habla de la importancia de la villa en el último tercio del siglo XII cuando tenía gran importancia militar al ser plaza fronteriza del reino de León. El templo se encuentra situada en lo alto de la población, en el centro del caserío medieval, muy cerca del río Duero y, actualmente, al lado de un magnífico mirador a la vega. Posiblemente se ubica sobre un templo prerrománico anterior.
En cuanto a su estilo podríamos calificarlo de románico-gótico. En principio sigue los volúmenes y patrones de la catedral zamorana consagrada al comienzo de la construcción de la que hoy nos ocupa.
Empecé observando su cabecera desde el exterior que es netamente románica. El ábside central es más alto y profundo, está decorado con dos niveles de arcos y anchas columnas que van desde el zócalo inferior a la cornisa.
Los ábsides laterales destacan por su sobriedad con muros lisos salvo una ventana central y una imposta por debajo del vano.
En cuanto a los capiteles su decoración es con vegetal salvo algunos son historiados (adivino una Última Cena).
El templo cuenta con tres portadas medievales. Comenzaremos viendo la que se encuentra en el muro norte que será por la que accederemos al templo. Consta de cuatro arquivoltas ricamente decoradas y un guardapolvo. La parte inferior está muy restaurada y tiene la particularidad de que las columnas están agrupadas de tres en tres compartiendo unos mismos capiteles que se hayan muy desgastados.
Existe una portada en el muro sur (llamada del espolón) que es muy sencilla: tres arquivoltas, tres parejas de columnas y un óculo geométrico encima. Una tercera y última portada la veremos en el interior.
Pero, volvamos a la portada norte. Su construcción puede datarse a finales del siglo XII, románica.
La decoración de los capiteles sigue siendo vegetal con alguno historiado como el que representa una lucha entre centauros y hombres.
Comencemos con las arquivoltas. La primera, la inferior, tiene un intradós polilobulado. Su decoración es vegetal combinándose con una serie de ángeles con las alas desplegadas.
En la segunda arquivolta, en su dovela central, encontramos a Cristo bendiciendo. La completan, a ambos lados, siete ángeles turiferarios que lo miran.
La tercera arquivolta es completamente vegetal.
Antes de ir al interior os propongo un dibujo del templo con sus principales elementos. Como vemos su planta es de cruz latina con tres naves y tres tramos en cada una de ellas. Podemos observar también añadidos posteriores como la sacristía y la capilla de S. Tomás apóstol. la torre se encuentra en el ángulo noroeste.
Cruzó el umbral de la portada norte e inmediatamente me dirijo a la derecha buscando la Portada de la Majestad. Estaba destinada a ser la entrada principal del templo. Fue labrada y policromada en el último cuarto del siglo XIII y conocemos su pintor por una inscripción:
"Este lauor pinto Domingo Pérez criado del Rey Don Sancho"
Podemos admirar su gran policromía y conservación debido a la protección que le ofrece la capilla de santo Tomé construida en el siglo XV. Desde su origen ha sido repintada en seis ocasiones y fue restaurada en los años noventa.
En esta portada encontramos, por así decirlo, dos motivos o temáticas. Comenzaremos con la Exaltación a la Virgen María. Podemos verla en el parteluz con gesto humanizado, sonriente y sosteniendo a un Niño que bendice. Por encima, en el dintel, nos encontramos con la Muerte de María, rodeada de los doce apóstoles. En el centro, la Asunción de María.
Por último, en el tímpano, se muestra la Coronación de María por su hijo flanqueada por dos ángeles ceroferarios, portadores de luz. Sobre ellos, otros dos ángeles portadores de incensarios.
La Virgen está escoltada (en las jambas) por figuras tan relevantes como (de izquierda a derecha) Arcángel S. Miguel, el profeta Isaías, el profeta Daniel, el rey Salomón, el rey David, el profeta Jeremías, el profeta Ezequiel y el Arcángel S. Gabriel.
Fijaos en el primer capitel de la izquierda, veremos un asno cargado de leña con dos personajes a uno y otro lado. Está relacionado con una leyenda toresana:
"Un leñador cuyo borrico venía cargado y a la entrada de la ciudad el pobre animal se le atolló. Por muchos intentos que hacía el pobre leñador no la podía sacar del atolladero. Acertó a pasar por allí uno de los canteros (estamos hablando de los siglos XII-XIII) que estaban ocupados en la construcción de la Colegiata, y se prestó a ayudarle. Se pusieron de acuerdo en que el dueño del animal tiraría de la cabezada y el cantero ayudaría a levantarse la bestia tirándole de la cola. Fue tanto el esfuerzo que ambos hicieron, especialmente el cantero, que el pobre animal se quedó sin rabo. El dueño, viendo desfigurado al animal estimó que el cantero había obrado de mala fe y reclamó daños y perjuicios ante la autoridad competente. La autoridad, oídos los alegatos de ambas partes falló que el cantero entregase al leñador el monto del coste de la caballería y, por el contrario, éste se quedase en posesión de aquella hasta que le creciese el rabo".
Parece ser que un escultor presenció tal juicio y quiso plasmarlo en un capitel. Muy cerca de la portada encontraremos algunas losas sepulcrales.
A partir de ahí se abre el abanico de arquivoltas que nos muestra la iglesia celestial representada por todo tipo de personajes:
En la primera arquivolta, ocho ángeles; en la segunda, los apóstoles con S. Pedro (con las llaves) y S. Pablo en los extremos; en la tercera, los mártires; en la cuarta, los confesores con abades; en la quinta, vírgenes y mártires; en la sexta, dieciocho músicos con sus instrumentos medievales (que se relaciona con veinticuatro ancianos del Apocalipsis de la portada del muro norte).
La última arquivolta está dedicada al Juicio Final. Vemos a un Cristo entronizado con la Virgen María y san Juan y varios ángeles con algunos Arma Christi. A la izquierda de Cristo, la resurrección de los condenados que son conducidos por demonios con los símbolos de sus pecados hacia Satanás sentado a las puertas del Infierno que acaba en las fauces del Leviatán.
Al otro lado, una procesión de bienaventurados camina en la dirección de un arcángel que sustituye las ropas terrenales por las túnicas blancas celestiales. A continuación, se nos presenta el Paraíso para acabar con una visión del Purgatorio donde S. Pedro libera a los que salen de las llamas en actitud devota.
La capilla mayor está cerrada por una reja. En la segunda mitad del siglo XV la familia Fonseca obtiene el patronazgo de la capilla, por ello podemos ver su escudo en la parte superior y cuatro arcosolios, dos por lado.
El retablo mayor, barroco y con forma de templete, acoge una talla de la Virgen de la Asunción rodeada, en una cúpula, por las alegorías de unas cuantas virtudes.
Nos acercamos a la antigua sacristía convertida en museo. Merece la pena, aunque solo sea por ver La Virgen de la Mosca. Es una magnífica tabla flamenca de controvertida autoría y simbolismo en la que vemos a tres figuras femeninas: La Virgen sedente, María Magdalena y santa Catalina (con el rostro de Isabel la Católica). El protagonista es un insecto apoyado sobre el rojo manto que da la impresión de ser real y da nombre al cuadro´
Otra pieza que me gustó especialmente fue un calvario realizado en marfil.
Avanzamos, llegamos al crucero donde, sobre grandes arcos torales apuntados, se eleva un cimborrio de doble línea de ventanales. En las pechinas se encuentran los símbolos de los Cuatro Evangelistas.
Adosadas a los cuatro pilares del segundo tramo de la nave central (en el lugar que estuvo el coro desaparecido) se encuentran cuatro figuras apoyadas en ménsulas historiadas: Santiago, S, Juan, S. Gabriel y la Virgen (embarazada). En las ménsulas de estos últimos se nos muestran episodios del Génesis.
Dispersos por todo el templo podemos encontrar interesantes elementos como el órgano barroco o un precioso sepulcro gótico...
Y también una interesante pila bautismal románica o un capitel con dos figuras entre vegetales que me recordaron a los green man escoceses.
A los pies, en la nave del Evangelio, unas escaleras nos permitirán subir a la torre lo que nos permitirá observar el cimborrio. El tambor tiene dieciséis lados con cuatro pequeñas torrecillas en sus esquinas. Todo ello está cubierto con tejados cónico recubierto de tejas.
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