IGLESIA DE SANTA MARÍA (Wamba. Valladolid).

 IGLESIA DE SANTA MARÍA (Wamba. Valladolid). 


En la población en la que nos encontramos, cercana a Valladolid, murió en el siglo VII el rey godo Recenvinto. Y también en ella fue nombrado su sucesor Wamba del que tomó su actual nombre. Allí se halla la iglesia de Sta. María de la O, este es el enclave que hoy ocupa nuestra atención.

El templo formó parte un cenobio hoy desaparecido. Podemos ver dos periodos constructivos. La cabecera y el crucero corresponden a una época mozárabe (siglo X) y las naves corresponden al momento en el que la Orden de S. Juan de Jerusalén se establecen en el lugar, siglo XII (Románico).




Exteriormente podemos observar que la torre se encuentra en el crucero y que de los canecillos originales no queda nada. Sobre una ventana de factura moderna vemos una piedra grabada con una cruz de las ocho beatitudes y una fecha: 1738.




Cómo casi siempre os muestro la planta del templo con la ubicación de sus principales elementos y su orientación:




Como ya escribí la cabecera y el crucero corresponden a un edificio de época mozárabe, del siglo X. La cabecera está constituida por tres ábsides rectangulares, siendo el central más profundo que los laterales.




Las bóvedas son de cañón semicircular y los arcos de herradura que apoyan sobre pilastras (no hay columnas). Los arcos tienen grandes dovelas. Los espacios están muy compartimentados por medio de pilares sencillos, que soportan arcos de herradura. En esta parte se abren las capillas principales y los accesos a la sacristía y al claustro.




En el muro de la capilla central hay restos de pinturas murales representando una cruz rodeada de leones inscritos en círculos.




El cuerpo de la iglesia es de estilo románico tardío, correspondiente con el momento en que los Caballeros hospitalarios de la orden de San Juan, establecieron su residencia. En esta época se levantaron también el claustro, el palacio y las dependencias anexas. Este cuerpo tiene tres naves, la central más ancha y más alta que las laterales. El espacio entre ellas está dividido por pilares compuestos cruciformes con esquinas cortadas y decoración de botones.

A los pies de la iglesia debió de existir un coro (hoy desaparecido) y en el lado del evangelio pegada a la pared, hay una escalera que da acceso a un ándito. La cubierta de la parte románica es de madera a dos aguas.





Y los capiteles, los maravillosos capiteles, decoran la iglesia con vegetales y figuras. Como es habitual tienen un sentido moralizante y marcan un recorrido que va desde la cabecera hacia los pies del templo. Hay muchos con temática vegetal pero algunos son historiados, los repasaremos.

En la embocadura a la capilla mayor comenzamos con el recurrente tema de La expulsión de Adán y Eva del Paraíso tras haber cometido el Pecado Original. Vemos a una figura que con una mano toca la garganta indicando haber comido algo indebido mientras que con la otra sostiene una hoja y se tapa. 

Complementando el capitel anterior existe otro con dos aves enfrentadas bebiendo de un recipiente. Simbolizan la Eucaristía, beben la sangre de Cristo. Son aves paradisiacas, pavos reales. Los machos renuevan anualmente las plumas de la cola: eternidad, inmortalidad...





Enfrente y relacionado con la Expulsión del Paraíso, en el lado del Evangeliose nos recuerda el Génesis 3:19: "Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás". Efectivamente, podemos ver a un esquilador con su oveja y a un zapatero ablandando el cuero con la boca para trabajar (también vemos alguno de sus instrumentos y una bota en la esquina).




Continúo. Ya en la nave hallamos una psicostasis, el pesaje de las almas, el Juicio Final. De un lado vemos al arcángel S. Miguel, al otro el diablo, con escamas, que está descontento porque la balanza se inclina del lado de la salvación y pone un pie en la balanza. 




En otro capitel encontramos figuras humanas con todo un bestiario románico: una sirena, unas arpías, un centauro... un catálogo de pasiones y pecados. En el frontal tenemos una cabeza con cuernos y a los lados una maraña de cintas perladas que se cruzan entre sí, el caos, el desorden: el diablo en el infierno, el destino de los pecadores.




En el lado de la Epístola se abre un arcosolio con emblemas heráldicos y y un arco conopial. En el frente del sarcófago, con caracteres góticos, se puede leer: "Aquí yasen sepultados Andrés del Arroyo e su muger, beneficiado del antiguo..."

En el interior del arcosolio hay un retablo distribuido en seis tablas.




Justo enfrente, pero en el muro del lado del Evangelio, hay otro arcosolio de arco apuntado realizado en el siglo XIV. La pintura en esta ocasión es al fresco usando de temática la Visitación, la visita de la Virgen María a su prima Sta. Isabel, madre de S. Juan Bautista. El sepulcro guarda los restos de un comendador de la Orden Hospitalaria.




El templo tiene mucho por ver y encontrar, por ejemplo, las pilas de agua bendita (una de ellas es un capitel corintio vaciado).




Dejamos ya el templo y nos dirigimos a una serie de dependencias situadas tras del muro Norte, pero antes os comento algo sobre el paso de la Orden de S. Juan por el lugar. Hay constancia de la donación por parte de la infanta de León Doña Santa a la Orden de S. Juan en el año 1140. El siglo XIII marcó un repliegue de los hospitalarios que se desprendieron de numerosas heredades. En 1298 su comendador era Arias Gutiérrez Quexada que llegó a ser teniente del Maestre para asuntos de la Orden en Castilla y León. A mediados del siglo XIV los Hospitalarios mantenían Wamba en sus manos, como cabeza de la encomienda. Sus vasallos debían satisfacer ciertos pagos en dinero, además de la moneda, servicios y fonsadera (servicio personal que se prestaba en la guerra y que consistía en el trabajo de los fosos de las fortalezas) debidos al rey. La martiniega y el yantar se pagan a ambos poderes, pero además la Orden exigía sernas (quien tenía ganado de labor, debía ayudar con él un día al mes). La encomienda contaba con un hospital de peregrinos.

Pasaron los años, pasaron los siglos. Con la supresión de los señoríos y la reorganización eclesiástica y civil los términos cambiaron, pero un autor del siglo XIX todavía nombra "un palacio de buena arquitectura" y el templo era atendido por un vicario, a criterio todavía de la Orden.

 



Atravesamos una puerta para llegar a las dependencias conventuales donde encontramos dos capillas. A la izquierda, al fondo encontramos el lugar (del siglo XIV) que fue usado como sala capitular. Actualmente es un Baptisterio que conserva una pila bautismal del siglo XIII.




Vamos al otro lado. Por el camino nos encontramos un singular pilar muy desgastado que sostiene una bóveda de arista también muy desgastada cual palmera (hay quien la relaciona con el Árbol de la Vida). Pienso que el lugar en el que se encuentra este pilar es especial: se encuentra entre la iglesia y el claustro, entre la sala capitular y la capilla, una encrucijada, quizá celebración de procesiones litúrgicas. ¡Ah! y por debajo, un acuífero.

En esta capilla, advocada a S. Juan Bautista, estuvo enterrada la infanta Urraca de Portugal, esposa de Fernando II de León. En el muro Este hay unas pinturas del siglo XV
que nos muestran diversas escenas de S. Juan Bautista (estancia en el desierto, bautismo en el Jordán...). algunas fuentes estiman se celebraban las investiduras hospitalarias.




Sin embargo, el enclave guarda más atractivos. Atravesando otra puerta llegamos al abandonado claustro con un pozo en medio y un edificio al Oeste con una serie de habitáculos en la parte inferior. Todavía podemos ver alguna ménsula que sostendría la cubierta de las galerías y los mechinales de las vigas. A un lado vemos tres sarcófagos de piedra, uno de ellos con tapa. Dice la leyenda que en este estuvo enterrado el monarca godo Recesvinto.




El primero de estos cuartos guarda una interesante sorpresa: una capilla de ánimas que no es otra cosa que un osario. Los cementerios se saturan y hay que hacer sitio. Optaron por respetuosamente depositarlos en esta capilla. Creo que es el único visitable en España e impresiona. Está formado centenares y centenares de calaveras pertenecientes a monjes y enfermos del hospital perfectamente apilados y datados entre el siglo XIII y XVII. El guía me comentó que antes llegaban hasta el techo y que, una curiosidad el catedrático de medicina Gregorio Marañón se llevó dos camiones llenos de estos huesos para su estudio por parte de los alumnos de la facultad.

Una inscripción dice: "Como te ves, yo me vi, como me ves, te verás. Todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás". Para reflexionar.




En mi visita me fue imposible ver de cerca su portada por estar preparándose el belén navideño. Es una sencilla portada con un tejaroz con once canecillos figurativos. Tiene tres arquivoltas de simple decoración. El tímpano está rodeado por una serie de flores de ocho pétalos, aunque también encontramos de once y de cuatro. A destacar una inscripción con una cifra: "ERA MCCXXXIII" (1195). Es la fecha de construcción de esta portada.






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