EFESO


ÉFESO (Turquía).


En la costa occidental del mar Egeo se encuentran los restos de la antigua ciudad de Éfeso. Su origen, no podría ser de otra forma, es mítico:

"Androclo, hijo del rey ateniense Codros, peleado con sus enfermos decidió fundar una nueva ciudad  en la orilla asiática. Consultó a la Pitia de Delfos que le dijo: "el pez y el jabalí.". Androclo, buscando un lugar adecuado, llegó a un pequeño poblado. Allí, mientras freían pescado,  un pez saltó de la sartén, las hierbas se incendiaron y un jabalí que estaba entre los arbustos salió corriendo. Androclo lo persiguió con su caballo y lo mató. En aquel lugar fundó la ciudad"

También existe otra leyenda en la  que se atribuye su fundación a las Amazonas, aquella mítica nación formada por mujeres guerreras.




El enclave, fundado en el siglo X a. de C. es uno de los destinos imprescindibles en una visita a Turquía. Su estado de conservación es muy bueno pese a todos los avatares que ha sufrido durante tantos siglos. Lo que vamos a ver corresponde en su mayor parte al Imperio romano. Vamos a recorrer y escribir sobre sus principales elementos. Para ello os propongo un pequeño mapa con sus ubicaciones:




Éfeso fue uno  de los principales puertos de la Antigüedad. Está construida sobre un asentamiento hitita. En tiempos del emperador romano Augusto llegó a contar con 200.000 habitantes. Podemos acceder por dos lugares, yo lo hice por la entrada norte.

Los primeros restos que encontramos corresponden a los Baños de Varius. Se trata de un conjunto termal realizado con bloques de mármol cortados y  sistema de calefacción bajo el suelo. Contaban con tres secciones: frigidarium (agua fría), tepidarium (agua tibia) y el caldarium (agua caliente).




Muy cerca encontramos el Odeón. Es un pequeño teatro (para unos 1500 espectadores) construido en el s. II y utilizado para conciertos y representaciones. La estructura era semicircular, techada y con una excepcional  acústica. En la parte trasera del escenario están los restos de un pequeño templo dedicado a la diosa de la música.




Muy cerca de aquí se encuentra la llamada Puerta de Hércules por haber en ella dos relieves del héroe ataviado con la piel del león de Nemea, en referencia a uno de sus doce trabajos. Esta puerta da paso a la calle Curetes (en griego alude a unos semidioses o también a los sacerdotes). Como curiosidad, la puerta estrecha el acceso a la calle impidiendo el paso a vehículos por lo que podemos pensar en una peatonalización de esta. 




Esta calle es una de las principales de la ciudad y nos llevará hasta la Biblioteca de Celso, icono de la ciudad. En ella vivía y trabaja la aristocracia. Había fuentes, monumentos, estatuas y tiendas (algunas de dos pisos). Veremos los restos de algunos de ellos.




Por ejemplo, la Fuente de Trajano fue construida en honor de este emperador. Una estatua de Marco Ulpio Trajano la presidia desde un nicho central en la fachada que daba al estanque (un estanque de 20x10 metros) rodeado de columnas y estatuas (de Dionisio, Afrodita y familiares del emperador).




Muy cerca están los vestigios de las Termas de Escolástica. Pertenecientes al complejo está lo que quiero mostrar. Eran sus letrinas que eran públicas, pero se pagaba una tasa por usarlas. Como se ve eran comunales y tenían un sistema de drenaje inferior.




Seguimos recorriendo la calle. Un poco más abajo, el Templo de Adriano. Al frente consta de cuatro pilares corintios que sostienen un arco doblado en cuyo centro hay una imagen de Nike, la diosa griega de la victoria. 

En el interior, sobre una puerta, emerge la figura de Medusa rodeada de plantas de acanto.  




Llegamos al final de la calle. Nos encontramos en el centro de la ciudad. Es la Biblioteca de Celso. Ahí está. La esperaba, pero verla, tocarla, me impresiona y me admira. Es una de las principales bibliotecas de la Antigüedad tras Alejandría y Pérgamo. Atesoraba más de doce mil rollos manuscritos.

Fue construida en el siglo II  en honor al senador, cónsul, procónsul y gobernador de la provincia romana de Asia Tiberio Julio Celso Polemeano. También es su lugar de enterramiento cuyo sarcófago fue enterrado bajo el piso, cerca del muro absidal.




A continuación, os muestro una foto (obtenida de uno de los paneles informativos) de una posible recreación de su interior y un esquema de su planta.




La impresionante fachada que se conserva descansa sobre una base a la que se accede subiendo nueve escalones. Está profusamente decorada con tallas en relieve. Tiene dos pisos, cada uno con cuatro pares de columnas rematadas con capiteles corintios. En la parte superior hay tres ventanas que coinciden con sus tres portales de entrada (el central es más alto). Los marcos de todos ellos tienen una gran decoración, motivos vegetales  y figuras mitológicas: Belerofonte montando a Pegaso, una pareja de Eros y Psique saltando de hojas de acanto y escenas de la vida de Apolo y Dionisio.

Las puertas están flanqueadas por cuatro estatuas colocadas en sendos nichos. Representan a cuatro diosas que indican cuatro cualidades asociadas al gobernador Celso:

  • Sophia  -  Sabiduría
  • Areté  -   Diligencia
  • Ennoia   -  Inteligencia
  • Episteme  -  Conocimiento 
Estas estatuas que vemos son meras copias. Las originales se encuentran en el Museo de Éfeso en Viena. La Biblioteca fue descubierta y restaurada con la ayuda del Instituto Arqueológico de Austria a comienzos del siglo XX.   




Pasamos al interior. Enfrente, un ábside central con un nicho en la que ubicaría una estatua de Celso o de Atenea. La tumba de Celso estaría en el subsuelo, en una cámara abovedada. En los tres lados vemos huecos rectangulares, ahí estarían los armarios y estantes que contendrían aquellos 12.000 rollos manuscritos. A pesar de la apariencia de la fachada no había un segundo piso . Alrededor de la pared había un balconcillo al que se accedía por una escalera interior. Este balconcillo permitía acceder a los nichos del nivel más alto.

Para reducir la humedad y generar una temperatura interior más estable existía un doble muro. La cubierta era plana y seguramente tendría un óculo central, para lograr una mayor luminosidad.




Formando ángulo con la Biblioteca se encuentra la Puerta de Mazeus y Mitridíates que tiene tres vías y nos lleva al Ágora comercial, un "centro comercial" de Éfeso. La puerta fue construida por dos esclavos (liberados más tarde por Augusto) que le dan nombre.




Entramos en el ágora. Consiste en un cuadrado de algo más de cien metros de lado completamente rodeado de columnas. Tiene tres puertas de acceso. Había multitud de tiendas y en su centro dos relojes, uno de sol y otro de agua.




Existe también un camino que une la Biblioteca de Celso con un gran teatro. Está realizado con losas de mármol. A los lados hay bustos y estatuas de personajes importantes y esculpidas cartas de los emperadores. También podemos ver en el suelo lo que se cree uno de los primeros anuncios publicitarios. Se trata de un pie al lado de un corazón. Se interpreta como una indicación a un cercano burdel.




Enfrente a la calle que nos lleva al mar, al puerto, se encuentra el gran teatro. Se construyó en época helenística, aunque en el periodo romano su estructura fue ampliada. Es el más grande de Turquía contando con sesenta y seis filas de asientos y capacidad para unas veinte y cinco mil personas. Fue usado también para peleas de animales y gladiadores.




Abandonamos Éfeso, la cuarta ciudad más grande del Imperio Romano. Dejamos atrás los restos de unas estructuras romanas que, después de 2000 años, todavía siguen asombrándonos.



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