JEREZ DE LOS CABALLEROS. (Badajoz).
JEREZ DE LOS CABALLEROS. (Badajoz).
Hoy iremos a Extremadura. Vamos a visitar un legendario y vetusto lugar, con una profunda relación con la Orden del Temple, Jerez de los Caballeros. Localidad de largo pasado, por ella pasaron fenicios, que la llamaron Ceret, y romanos, sería Fama Iulia o Caeriana. Más tarde, en 711, tras la batalla de Guadalete, llegó un período musulmán, en el que se denominó Xerixa. Pero también es conocida por su pasado templario y su legendario castillo, en este pasado me centraré.
El origen de la presencia templaria en estas tierras se remonta a la conquista de este territorio allá por 1230 a manos de Alfonso IX de León en una campaña camino de Sevilla. El rey, una vez conquistada, donó la ciudad al Temple como pago por los servicios prestados. En ella se creó una encomienda siendo maestre del Temple para Castilla y León frey Esteban de Belmonte.
En 1240 Alfonso IX realiza una segunda campaña en la zona para limpiar por completo la ciudad y aledaños porque algunos gobernadores musulmanes se habían fortificado en sus castillos y posesiones.
Durante el gobierno de la Orden en la ciudad ésta se engrandeció sobremanera. Los caballeros le cambiaron el nombre musulmán de Xerixa por el de Xere Equitum y pasó a ser cabeza de un poderoso y extenso bailiato, uno de los más extensos de la Península Ibérica rivalizando incluso con el aragonés Monzón. No fue una tarea fácil pues la villa había estado durante siglos bajo dominio musulmán y tras la conquista quedaban bastantes grupos de soldados musulmanes en los alrededores o escondidos en la sierra que hacían de la villa y la zona muy inseguras. Ello llevo a los caballeros a fortificarla para proteger a sus habitantes.
Hartos de los desmanes que cometían los musulmanes los caballeros templarios tomaron las armas y se dispusieron a asegurar la comarca. Cuenta la leyenda que estuvieron tres días buscando a los salteadores que se escondían en las montañas. Al fin, los encontraron en un magnífico valle que los musulmanes habían elegido su residencia. Los templarios arremetieron contra ellos y tras seis horas de encarnizada lucha, los mataron a todos. El lugar de la batalla se conoce hoy como el Valle de Matamoros.
Al entrar en Jerez podremos encontrarnos con alguna de las partes de la muralla que aún siguen en pie. Esta muralla, obra de los templarios, estaba realizada en mampostería, utilizando para ello como materiales de construcción piedras y argamasa. En los ángulos, reforzándola, se usaron sillares de granito. Hallaremos también, integradas en la disposición urbanística de la ciudad, torres semicirculares y de las seis puertas de las que disponía actualmente se conservan dos, la Puerta de la Villa y la Puerta de Burgos. Esta última puerta está orientada a Burguillos del Cerro, localidad también con un castillo y pasado templario.
La fortaleza es de origen musulmán, sin embargo, la estructura que vemos actualmente es el resultado de una importante reconstrucción por parte de los templarios en el siglo XIII y algunas modificaciones posteriores de la Orden de Santiago.
En este punto debo recomendar un autor, Isidoro Terrón Calvo, y su obra, "Templarios en la Baylia" de Xerez. Constituye un elemento imprescindible para conocer la historia templaria de este gran bayliato. Una de las ideas que nos muestra Terrón es la siguiente:
"Sabemos de la importancia de la Virgen en el ideario espiritual templario, recordemos los conocidos cuadros de San Bernardo bebiendo alegóricamente leche de Nuestra Señora. Bien, si vamos al trazado de la fortaleza veremos que se corresponde con la forma estelar de las estrellas de la constelación de Virgo. Este diseño no es una casualidad, lo encontraremos en otras muchas construcciones templarias."
Quizá lo más conocido de Jerez es su final templario y la leyenda de la Torre Sangrienta. Tras la bula “Vox in Excelso" de Clemente V (instigado por Felipe IV de Francia) se urge a los reinos de Europa a intervenir en las posesiones de la Orden. El 31 de julio de 1308 llegó a Castilla la orden papal por la que se indicaba que se debía actuar contra el Temple castellano. Don Gonzalo, arzobispo de Toledo convocó al maestre de la orden en el reino, frey Rodríguez Ibáñez a que se presentase en Salamanca para ser interrogado por las autoridades eclesiásticas el 15 de abril de 1310. En el concilio de Salamanca se concluyó que los templarios no eran en absoluto culpables de los crímenes de los que se les acusaba. Pese a todo frey Ibáñez optó, en prevención de la segura intervención de las posesiones del Temple, por entregarlos al infante don Felipe, para evitar que cayesen en manos de la corona o de otra orden.
Ante este hecho, el rey Fernando IV no dudó en obedecer gustosamente las ordenes papales. En este momento era comendador de Xerez frey Juan Bechao. Cuando las tropas reales llegaron a Xerez se encontraron con que los monjes guerreros estaban resueltos a ofrecer resistencia. Siguió un asedio y una lucha en la que los templarios, muy inferiores en número, fueron poco a poco desbordados. Juan Bechao y los hermanos sobrevivientes se fortificaron en la torre del homenaje donde fueron finalmente derrotados y decapitados. Acaba un periodo de setenta y siete años de la Orden Templaria en Xerez. Y en este punto comienza la leyenda…
"Cuenta esta leyenda que los caballeros antes de morir se conjuraron. Juraron en el nombre de Dios y del Templo de Salomón que volverían de la tumba para galopar hacia los Santos Lugares y seguir defendiendo los caminos y los peregrinos. Cuenta que las noches sin luna, hacia media noche, se oyen los silbidos de los caballeros llamando a sus cabalgaduras, silbidos sin respuesta. Y cuenta esa leyenda que cuando el negro de la noche desaparece, los caballeros regresan a la torre, a la Torre Sangrienta que los vio morir. Pobres caballeros incapaces de cumplir su promesa."
Eliminada la Orden del Temple, Jerez pasó a la corona y Enrique II acabó donándola a la Orden de Santiago convirtiéndose en cabeza de partido santiaguista, en igualdad con Mérida y Llerena. Carlos I, en 1525, le dio el título de Ciudad, rango que por esa época solo tenían en la baja Extremadura Badajoz y Mérida.
Cercano a Jerez encontraremos varios puntos de interés como el muy especial Monasterio de Tentudía vinculado a la Orden de Santiago y, según algunos autores también al Temple. Este lugar debe su curioso nombre a una leyenda:
Pelayo Pérez Correa, maestre de la orden de Santiago, durante una batalla contra los árabes, al ver que llegaba la noche y no obtenía victoria, imploró a la Virgen gritando: ¡Santa María, detén el día! En este momento el Sol se detuvo en el horizonte para permitir a las tropas cristianas obtuvieran la victoria.
Como consecuencia el maestre mandó construir un templo para Santa María de Tentudía. El lugar cuenta con un interesante retablo en el altar mayor realizado en evl siglo XVI en el que podemos ver una curiosa imagen de santa Ana llevando en brazos a María.
También podremos acercarnos a Calera de León (encomienda de la orden de Santiago dependiente del priorato de San Marcos de León) y visitar el conventual santiaguista. Es un importante enclave e impresionante conjunto arquitectónico en el que se combinan los estilos gótico y renacentista empezándose a construir en pleno siglo XVI, en 1528. Observaremos gran cantidad de simbología como, por ejemplo, una cruz paté.
Y, Por último, el ya comentado Burguillos del Cerro. Lugar sumamente interesante que bien merece un capítulo por separado.
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