CASTILLO DE SÁDABA (Zaragoza).



CASTILLO DE SÁDABA (Zaragoza). 


Nos encontramos en la comarca aragonesa de las Cinco Villas (Tauste, Ejea de los Caballeros, Sádaba, Uncastillo y Sos del Rey Católico), en la localidad de Sádaba. Su castillo, que domina villa fue erigido sobre un montículo rocoso con sillares bien cortados. No tiene ni muralla ni foso. En cambio cuenta con siete robustas torres almenadas.



Antes de adentrarnos en él, repasemos un poco su historia. Es muy probable que existiera una fortaleza árabe en el mismo lugar. En referencia al castillo aparece en un documento de Alfonso I, fechado  en 1125, que dice:

"Delante de aquel castillo nuevo que hicimos en Sádaba".

Seguramente este castillo no es el que vemos, sería uno que seguiría la tenía la tipología habitual hasta ese momento, es decir, un torreón rodeado (quizá) de construcciones militares. 

El edificio actual data de 1223 cuando fue erigido por Sancho VII El Fuerte. La villa pertenecía a Navarra y seguramente la torre del Batallador fue reutilizada. El castillo paso por distintos tenentes y fue vendido en varias ocasiones (en el s. XIV por 7000 florines de oro y al concejo de Sádaba en 1399 por 23.000 sueldos jaqueses). El castillo se encuentra en los límites de los otrora reinos de Aragón y Navarra y participó en conflictos entre los dos reinos. A principios del siglo XV Sádaba se incorporará definitivamente a Aragón. Hay constancia de un estado de abandono allá por 1610.




El castillo de Sádaba rompe con la tipología que hasta entonces imperaba, una torre donjón en una fortaleza que se adapta al terreno. Sádaba responde a la fisonomía llamada Felipe Augusto (rey francés participante en la tercera cruzada que trajo a Europa el aspecto de las fortalezas vistas en Oriente). Posiblemente este castillo sea el primer castillo construido en España de este aspecto: ciudadela fortificada provista de torres de fácil defensa, sin foso ni murallas.

El castillo que nos ocupa de planta rectangular, de unos mil metros cuadrados. Construido sobre un promontorio rocoso es sobrio, robusto. Está erigido con sillares bien trabajados.



El acceso se realiza por una puerta franqueada por dos impresionantes torres, la del rey  (aquella torre del siglo XII del Batallador) y la de la reina. La torre del rey es la situada a la izquierda de la puerta de acceso, es la de mayor altura y la que conserva más elementos nobles como dos ventanas geminadas que se abren al exterior en dos de sus muros.

La entrada es el recodo encontrándose a pocos metros una segunda puerta. Naturalmente el espacio entre ambas estaba guarnecido por saeteras y otras defensas.




Pasamos al patio de armas. En el centro hallamos una pieza fundamental del castillo, básica en caso de asedio, el aljibe. El tamaño en este caso es importante. Subterráneo, de unos seis metros de profundidad, recogía las aguas pluviales. Sus tres arcos fajones sostenían una bóveda conservada hoy solo parcialmente.




Adosada a la esquina suroeste y abierta al patio de armas se construyó posteriormente una capilla de pequeñas dimensiones. Exteriormente destaca por poseer en su puerta, en su tímpano, una cruz paté. ¿Templarios u hospitalarios? No se sabe, no hay referencias de estas órdenes militares en el lugar. Sin embargo, sí sabemos que en Sádaba existía un monasterio templario, el monasterio de Puylampa (actualmente propiedad privada). De igual forma existían propiedades hospitalarias en la zona y como bien sabemos cuándo se produjo la caída del Temple muchas de sus propiedades pasaron a la Orden del Hospital.

En el lado derecho de la puerta también encontramos un pequeño grabado en un sillar, una cruz, sacralizando el lugar.




Me llama la atención un par de columnas situadas a la izquierda de la puerta. ¿Su función? Coincido con la opinión de la guía que me mostró el castillo. Podrían ser dos columnas decorativas (habría otras dos gemelas enfrente que han desaparecido) que sostendrían una cubierta inclinada que iría desde la puerta de entrada al templo hasta aquí y facilitaría la recogida de agua para el aljibe.           

  Interiormente vemos que el vano al este no está centrado para dejar un estrecho acceso a la torre que se encuentra detrás. Está cubierta por una bóveda de crucería que descansa sobre cuatro columnas, situadas en los ángulos de la capilla, coronadas con capiteles con decoración vegetal .





Adosado al muro oeste se encuentran los restos de una sala de dos plantas. En la planta de abajo estarían las caballerizas y en el superior distintas estancias. Podemos ver los mechinales que sostenían las vigas que separaban ambas plantas y también los comienzos de los arcos que sostendrían una bóveda de cañón.




De igual manera adosado al muro norte existe otra sala rectangular. En esta se puede apreciar el muro de delimitación con el patio de armas en el que se abren las puertas. También cuenta con dos plantas. La inferior estaría por la cocina y un almacén (todavía vemos el muro que los separaba) y en la superior seguramente estaría el comedor y alguna otra estancia. 




Bien, ha llegado el momento de subir al adarve o camino de ronda para ver el castillo desde otra perspectiva. Observamos la anchura y altura de sus muros que resistirían los arietes y proyectiles lanzados con catapultas y dificultaría el asalto con escalas.

Vemos las saeteras, pero faltan otros elementos como los matacanes y los cadalsos. Estos últimos, al igual que unas estructuras que unían exteriormente las torres, eran de madera y permitían a los defensores arrojar objetos o disparar a los asaltantes.




Este recorrido superior nos permite entrar a las torres del rey y de la reina y ver parte de las estancias interiores. Las torres están divididas en dos o tres pisos separados por techos de madera (vemos los mechinales). El acceso a la parte superior se haría por un hueco y con una escalera o escala que se pudiera retirar fácilmente.




Existen varias leyendas relacionadas con el castillo y con la población. Se dice que existe un pasadizo secreto que parte del aljibe y llegaba a un antiguo monasterio carmelita de la localidad. Era una vía de escape en caso de asedio. El imaginario popular también habla de otro pasadizo subterráneo que comunicaba el nombrado monasterio de de Puylampa y el de Cambrón (masculino y femenino respectivamente) y por el que un fraile llamado Antón paseaba por la noche. Y, cómo no, también existen historias de fantasmas en el castillo y de brujas en la comarca.

Un último apunte, a los pies del castillo, se encuentra un nevero orientado al norte. Se compone de una oquedad cilíndrica excavada en la tierra, paredes de piedra arenisca y cubierta abovedada. Todo ello estaba cubierto de tierra. En él se guardaba la nieve compactada alternada con paja para facilitar su conservación y posterior troceado. Este fue construido a comienzos del siglo XVIII siendo usado hasta los años cuarenta del pasado siglo.





Comentarios

Entradas populares de este blog

CATEDRAL DE SAN MARTÍN (Ourense).

ERMITA SAN BENITO. (Orante. Huesca).

ORDEN TEMPLARIA. IGLESIA VIRGEN DE LA CARRASCA. (Bordón. Teruel).

ORDEN TEMPLARIA. CASTILLO DE MIRAVET (Miravet.Tarragona).

ROCA CABALLERA. Calaceite (Teruel).