TEOTIHUACÁN (México).


 TEOTIHUACÁN  (México).


Este increíble y misterioso lugar fue mi primer contacto con las culturas precolombinas en México. Su construcción se remonta a más de dos mil años y fue erigida sobre restos más antiguos y éstos sobre otros más antiguos todavía. La ciudad tiene actualmente unos dos kilómetros cuadrados, aunque especialistas creen que la urbe llegó a tener una extensión de 20 kilómetros.  Capaz de albergar a más de 150.000 personas debió de ser una ciudad impresionante. Se han encontrado restos de más de cuatrocientos talleres dedicados a la talla de la obsidiana y a la construcción de armas. Fue una gran urbe santa y comercial llena de sacerdotes, artesanos, guerreros y comerciantes. Se sabe muy poco de su origen, historia y el porqué fue abandonada hacia mitad del siglo VII. fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987.

Cuando los mexicas llegaron a la abandonada ciudad, impresionados, la llamaron Teotihuacán que en náhuatl significa "lugar donde los hombres se convierten dioses". Según la mitología mesoamericana fue aquí donde se reunieron los dioses para crear el Sol y la Luna. Los dioses se sacrificaron para que los hombres tuvieran luz y calor en el día y en la noche. De este modo el dios Nanahuatzin se arrojó al fuego para transformarse en el Sol. La misma acción fue realizada por Itzacual para transformarse en la Luna. Quizá por ello en Teotihuacán se elevan dos colosales pirámides en recuerdo de esos sacrificios y en honor a ambos astros.

Recorreremos los principales edificios, los cuales se encuentran a lo largo de la llamada Calzada de los Muertos que actúa como eje vertebrador norte sur (con una desviación de unos 15º) 



Marcando el límite norte de tal calzada se encuentra la Pirámide de la Luna de 45 metros de altura y unos 145 metros de lado y que se encuentra perfectamente enmarcada por el llamado Cerro Gordo. Está formada por cuatro cuerpos en declive precedidos por una plataforma de cinco cuerpos. Hay autores que piensan que estaba dedicada a la diosa del agua y de la fertilidad por que unas colosales estatuas encontradas en la Plaza de la Luna.

Actualmente no se puede ascender su parte superior, al igual que ocurre en la Pirámide del Sol para preservar los monumentos de la terrible erosión que se producía con los ascensos.



Delante de la Pirámide de la Luna se encuentra la plaza del mismo nombre. Lugar fundamental de Teotihuacán, seguramente teatro ritual importante, que se encuentra rodeado de hasta una docena de templos menores. En el centro de la plaza encontramos un adoratorio con cuatro escalinatas y diez altares.




En la esquina suroeste de la plaza se encuentra el conjunto de Quetzalpapálotl. Una pequeña escalera custodiada por una serpiente nos lleva a un amplio pórtico que conduce al interior. En un nivel inferior se encuentra el Patio de los Jaguares con pinturas de estos felinos. Por último, bajo el conjunto, está el llamado edificio de los Caracoles Emplumados.




Abandonamos el lugar y nos enfrentamos a la Calzada de los Muertos llamada así por qué cuando llegaron los mexicas a la abandonada ciudad pensaron que los montículos que veían contenían tumbas de antiguos gobernantes. Recorreremos casi dos kilómetros, pero se sabe que su longitud total era más de doble. Su anchura es de unos 45 metros.

El principal uso de la Calzada de los Muertos habría sido procesional, pues a través de ella se podría llegar a la Plaza de la Luna después de caminar frente a los grandes complejos de la Ciudadela y la Pirámide del Sol que veremos más tarde. 

Cuando caminas por esta calzada y te vas aproximando a la plaza, si mantenemos la mirada en la Pirámide de la Luna, observaremos que poco a poco irá cubriendo el "Cerro Gordo" que tiene a sus espaldas, de tal forma que ésta terminará ocupando su lugar, representando a la "montaña sagrada" en un momento dado.




Caminando y entre el trasiego de turistas a veces te encuentras sorpresas como en un muro de uno de los edificios ubicados sobre la calzada donde podemos ver pintado un puma de gran tamaño.




Avanzando, a la izquierda, encontramos la Plaza del Sol con su pirámide de homónimo mismo nombre. Esta impresionante pirámide es una de las más altas (65 metros, aunque le falta el santuario de la cúspide) de la etapa prehispánica. Para llegar hasta la cúspide había que subir 260 escalones, 52 por cada sol o era. Quizá debería referirme al mito de los Cinco Soles que explicaría la creación del mundo en su cosmología para muchos pueblos mesoamericanos: 

Estos Cinco Soles corresponden a cinco períodos en los que reinaba una deidad en concreto. Sin embargo, al final de los cuatro primeros soles hubo un cataclismo surgido de las luchas entre las diferentes deidades, y los hombres y el mundo desaparecían. Para estas civilizaciones nos encontramos en el Quinto Sol que será destruido por un terremoto. Este último sol se iniciaría en Teotihuacán.

Adosada a la pirámide hay una plataforma triple. Al pie de la misma existe, aunque cerrada al público, el acceso a un túnel que corre por debajo de la edificación a unos seis metros de profundidad. He leído que tras caminar casi cien metros se llega a cuatro cámaras artificiales que, en forma de flor, lo rematan casi en el centro de la pirámide.

Otro aspecto interesante relacionado con la Pirámide del Sol es que se halla orientada al este que señalaba el movimiento del Sol, el comienzo del equinoccio, así como el punto de la bóveda celeste por donde salen las Pléyades.




Continuamos caminando por nuestra calzada. A ambos lados hallaremos dos conjuntos de restos constructivos llamados por su orientación Este y Oeste. Se aprecian varios niveles que corresponden a las diferentes fases de ocupación de la cultura teotihuacana.




 Podemos ver adoratorios, plataformas y habitaciones de distinto tamaño ordenadas alrededor de plazas y patios con corredores y pasillos que las comunican.




Para construir la ciudad los teotihuacanos desviaron el curso del rio san Juan que constituiría el eje Este - Oeste de la ciudad. Es interesante ver también en grandes plazas los drenajes construidos para controlar el agua pluvial que todavía funcionan. Una curiosidad, podemos ver también, debidamente marcados, hormigueros de la agresiva hormiga roja. 





Nuestro último destino será la Ciudadela y la Pirámide de la Serpiente Emplumada.  

La Ciudadela se encuentra al este de la Calzada de los Muertos. Se trata de un cuadrado de cuatrocientos metros de lado con una extensión similar a la del conocido Zócalo o plaza de la Constitución de ciudad de México. Pese a su nombre nunca tuvo funciones defensivas, sino religiosas y residenciales. Estaba rodeada por quince templos y podría albergar hasta 100.000 personas. En el centro de la plaza se levanta un pequeño adoratorio y, tras él, una pirámide de cuatro cuerpos que cubre parcialmente otro importante edificio, la Pirámide de la Serpiente Emplumada o de Quetzalcóatl.

Quetzalcóatl era un importante dios azteca que influyó de manera importante en la invasión y conquista del actual México. Aunque simbolizado con una serpiente emplumada, Quetzalcóatl era un dios físico blanco, poderoso, que enseñó a los mexicas toda una cultura, una técnica que propició que esos pueblos nómadas adquiriesen conocimientos en arquitectura, astronomía... Este dios de tez blanca, barbado y de largos cabellos no sólo fue importante para los mexicas, también lo fue para otros pueblos (aunque llamado de otras formas) como los mayas o los incas.

La leyenda nos dice que los dioses habían llegado hace mucho tiempo en grandes naves que se deslizaban ligeros sobre las aguas con grandes alas como de cisnes. Quetzalcóatl partió hacia el Este pero dejo profetizado que volvería también por el Este hacia las fechas en las que aparece Hernán Cortés. Y Quetzalcóatl era descrito como blanco, barba negra, ojos grandes, ancha frente y largos cabellos. No es de extrañar que Moctezuma asociará el uno con el otro ... Os muestro las palabras que pronunció Moctezuma según el monje cronista Bernardino de Sahagún durante ese encuentro:

“¡Oh, señor nuestro! Seáis muy bien venido, habéis llegado a vuestra tierra y vuestro pueblo, y a vuestra casa México: habéis venido a sentaros en vuestro trono, y en vuestra silla, el cual yo en vuestro nombre he poseído algunos días (...)

Esto es por cierto lo que nos dejaron dicho los reyes que pasaron, que habíais de volver a reinar en estos reinos y que habíades de asentaros en vuestro trono, y en vuestra silla; ahora veo que es verdad lo que nos dejaron dicho…”

Pero a modo especulativo y personal, quisiera comentar algo. Los que me conocéis sabéis de mi querencia y pasión por la Orden Templaria. Siempre he pensado que parte de la flota templaria perdida tras su caída fue a Inglaterra, Escocia pero que otra parte estoy convencido cruzó el Atlántico y recabó en América (cuya ruta y existencia conocían). Muchas cosas coinciden, fechas, leyendas ... incluso las figuras con barba y casco que se pueden ven en el Museo de Antropología de México.




Pero volvamos a nuestro paseo. Nos encontramos en la Ciudadela, en la Pirámide de la Serpiente Emplumada o Quetzalcóatl que es el tercer monumento más grande de Teotihuacán, y que se encuentra donde se cruzan sus ejes antes nombrados conformando su centro neurálgico. La contemplaremos desde la plataforma de cuatro cuerpos anteriormente nombrada. Está ricamente decorada con figuras que, según mi parecer tienen un aire siniestro. Por otro lado, debemos hacernos a la idea que este edificio, así como los anteriormente visitados, se hallaban cubiertos con estuco y pintados de vivos colores en lugar de los tonos grises y ocres de piedra desnuda que vemos hoy en día. En este caso podremos ver el antes y el ahora por medio de una recreación que podemos encontrar en el ya nombrado Museo de Antropología de México y que os muestro a continuación.

 


 
La construcción se llevó a cabo utilizando una medida de longitud que equivaldría a ochenta y tres centímetros. El arqueólogo japonés Saburo Sugiyama sostiene que es la medida longitudinal utilizada por los antiguos arquitectos de la Ciudad de los Dioses correspondería a una base numérica compuesta por 83 centímetros, porque es la cantidad que, multiplicada por 4 o múltiplos de 4, se repite constantemente:

"La alfarda (rampas que franquean las escaleras) mide 1,66 metros de longitud, lo que corresponde al doble de la unidad que sugiero; lo mismo pasa con la distancia entre las cabezas de serpiente que es cuatro veces la unidad (3,32 metros), o con el largo de la escalera, que es de 13,2 metros, lo que equivale a 16 veces la unidad"

"Se puede también observar este patrón numérico en las pirámides del Sol y de la Luna, así como en la Ciudadela, en las que 83 centímetros es la base numérica que se multiplica constantemente"

Esta pirámide tenía en origen siete cuerpos decorados con gran opulencia. En sus alfardas, taludes y tableros fueron tallados los sinuosos cuerpos de serpientes emplumadas nadando entre conchas y caracoles. En sus tableros vemos una figura con grandes círculos y colmillos que en un principio se identificó (y más ante la presencia de elementos acuáticos como las conchas) con el dios de la lluvia, del agua, Tláloc. 





Actualmente se cree que el edificio en su conjunto alude al mito de creación del tiempo y el calendario, y a la Serpiente Emplumada como patrona de los gobernantes.

La pirámide se consagró sacrificando a más de doscientos individuos, en su mayoría vestidos con atuendos militares y acompañados de armas. Sus cadáveres amarrados fueron descubiertos bajo y en torno al edificio, junto con ricas ofrendas. 

Y es que esta pirámide ha dado y seguirá dando importantes sorpresas. El arqueólogo mexicano Sergio Gómez dirige in situ el Proyecto Tlalocan: Camino bajo la tierra. Iniciado en 2003, se trata del estudio de un túnel de poco más de cien metros y una profundidad de unos dieciocho metros bajo tierra que llegaría al centro de la pirámide. El INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) mexicano reveló que las paredes y el techo están salpicados de minerales con los que probablemente los teotihuacanos recrearon el inframundo. De igual manera descubrió una abundante ofrenda que abarca 4 metros de ancho y 8 metros de largo y que se compone de más de 50.000 piezas, algunas de ellas únicas, como figuras de piedra o de madera. Además de estas figuras, también se encontraron semillas que datan de la época, piedras preciosas que importaron del Golfo de México y algunas pelotas de hule del tradicional juego de pelota, aunque muchos de estos objetos posiblemente nunca se utilizaron y sólo sirvieron como ofrendas. La ofrenda nos sugiere que hay algo muy importante dentro de las grandes tres cámaras que suceden al túnel. Sergio Gómez Chávez afirmó: "Quizá los restos de personajes ligados a la estructura de poder de Teotihuacán" 

Teotihuacán, un lugar misterioso, mágico, que con seguridad nos mostrará grandes sorpresas en un futuro no muy lejano. Un lugar lleno de simbolismo, belleza y secretos.

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