SAN JUAN DE GAZTELUGATXE. Bermeo (Vizcaya).
Gaztelugatxe es un lugar mágico. Es un pequeño islote unido a tierra por un istmo artificial que es sostenido por dos grandes arcos. A poca distancia de esos arcos, a unos doce metros de profundidad se entronizó una talla de la Virgen de Begoña en 1963. Recordando la fecha, cada 15 de septiembre, se realiza una ofrenda floral a la protectora de todos aquellos que se enfrentan a las dificultades del mar. En su interior el mar también guarda arrecifes de colores que forman parte de un biotopo protegido.
La tradición habla de una ermita del siglo IX. Sin embargo, la primera referencia documentada es la existencia de un castillo en el año 1053, durante el reinado de García III de Navarra. El lugar entonces era llamado Sancti Johannis de Castiello y aparece en forma de una donación por parte del tenente del mismo, Eneko Lupiz, al Monasterio de San Juan de la Peña de Aragón. La siguiente mención nos lleva a 1172 por una donación a la orden de Santa María de la Vid en Castilla. En las sucesivas construcciones y reconstrucciones se encontraron tumbas medievales y restos humanos.
Existe una interesante referencia con fecha en 1334 cuando sirvió de refugio para algunos nobles vizcaínos, seguidores de Juan Núñez de Lara, que se enfrentaron al rey de Castilla Alfonso IX. Los nobles resistieron durante más de un mes los ataques de "el Justiciero" e hicieron batirse en retirada a las tropas del mismo.
Pero el lugar ha recibido a lo largo de la historia acontecimientos de todo tipo, saqueos, guerras, incendios… actos que hacen que la ermita que hoy en día conocemos no sea la original del siglo IX. A modo de ejemplo os copio un documento fechado a finales el siglo XVIII sobre un ataque corsario inglés:
"Día 29 de abril de 1782: invadieron á la Parroquia de San Juan de la Peña en la xurisdicción de esta Villa; dos lanchas de dos Corsarios Garnesies á las siete de la mañana: y robaron un relox, dos camas, un navío que regalado San Juan por un devoto se hallaba en la iglesia; los vasos sagrados y ornamentos fueron transportados por los curas de la expresada parroquia el mismo día antes de la invasión: No tuvieron lugar para mas los Ingleses, por haver prontamente a rechazarlos el paisanaje armado de esta Villa"
Actualmente en el punto más alto del islote se encuentra la ermita de San Juan Degollado, popularmente, San Juan Gaztelugatxe. Su planta es rectangular, de aproximadamente 16 por 8 metros. En el lado Este tenemos la fachada principal con espadaña de un vano y entre ésta y un rosetón un relieve de San Juan Degollado. A ambos lados del relieve unas inscripciones que nos indican el año de reconstrucción de la ermita: 1886. Sin embargo, debemos saber que en 1978 sufrió un grave incendio y hubo de tener una importante reparación.
El interior es un sencillo templo. En lugar preferente está un barco en cuya quilla hay una cabeza de San Juan. También encontramos tallas de San Pedro, San Pablo, la Virgen Inmaculada, la Virgen del Carmen, Santa Ana, San Antonio... En las paredes aparecen objetos, maquetas y cuadros de naturaleza náutica, posiblemente exvotos.
La capilla habitualmente se encuentra cerrada pero en este santuario se celebran tres fiestas con romería a las que, curiosamente, van romeros procedentes de tres pueblos:
- El 24 de junio, San Juan, acuden los de Bermeo.
- El 31 de julio, San Ignacio de Loyola, van los de Arrieta portando en sus hombros a su virgen que va a visitar a su prima Santa Ana.
- El 29 de agosto, San Juan Degollado, suben los de Bakio y Bermeo y allí reafirman sus límites pues el lugar encuentra entre los dos términos municipales.
Bien, es momento de ascender a la ermita. Para ello debemos subir los 241 escalones que nos llevaran a la cima que se encuentra a 79 metros de altitud.
Existe una leyenda sobre San Juan y la zona:
"San Juan desembarcó en el puerto de Bermeo y dando tres pasos llegó a la ermita dejando grabadas sus huellas del pie en cuatro lugares del camino".
La primera huella se encuentra en el mismo Bermeo, debajo del arco de San Juan. La segunda huella la ubican en el barrio de Arene, junto al caserío Itsasalde. La tercera piedra estaba en el monte Burgoa pero al caer en desuso el camino tradicional que llevaba a la ermita se colocó en el último escalón del acceso. La cuarta huella hay quien la sitúa en el caserío Ermu (carretera que va de Bermeo a Bakio) y otros al comienzo de la escalinata.
El enclave es un referente en tradiciones y costumbres populares y en creencias religiosas. La primera que me voy a referir s aquella que nos dice que las personas que tengan problemas de callos, si coloca los pies en las pisadas talladas del santo al comienzo y fin de la escalinata, no padecerán este problema.
También era costumbre para alejar los malos sueños y el sonambulismo, tras rezar en el interior voltear (tres veces) la campana adosada en la pared exterior del templo implorando:
Actualmente muchos de los que visitamos la ermita realizamos la misma acción para pedir un deseo o alejar a los malos espíritus. Es habitual oír los toques mientras realizas la subida.
- Las mujeres con problemas de fertilidad acuden a postrarse a los pies de Santa Ana con ofrendas infantiles para quedarse embarazadas.
- A San Juan Degollado se le invocaba contra los dolores de cabeza. Se acostumbraba a dejar en el templo algún objeto alusivo a la cabeza (las mujeres solían dejar una horquilla o una pinza y los hombres la txapela). Además con la cabeza metida en el hueco de la campana se debía tocar ésta tres veces.
- Para solucionar el problema de la tartamudez o la tardanza en comenzar a hablar se ofrecía a San Juan el dinero que eran capaces de coger en el puño de una mano.
Otras tradiciones, no podría ser de otro modo, están muy ligadas al mar. Cuando comienza la costera del atún, los pescadores acuden a Garzelugatxe para pedirle al santo buen tiempo, buena salud y buena pesca. Estos rituales propiciatorios se realizan también en el mar. Los bermeanos acercan sus barcos a estas aguas para cumplir sus "obligaciones" bajo la ermita: tres giros a babor y tres a estribor. En algunos casos, desde la cubierta de los barcos, arrojan hierbas de San Juan, después haberlas quemado en una sartén.
Por otra parte, y ya en un terreno más "misterioso" el lugar ha tenido relación con la vida ultraterrena. El Bermeo se creía que quien moría sin haber cumplido una promesa realizada a San Juan de Guztelugatxe, habría de acudir al templo tras su muerte. Por esta razón las puertas antaño siempre permanecían abiertas, incluso de noche. Y, también, por medio de la leyenda se nos recuerda misteriosas desapariciones acaecidas durante su construcción.
El lugar no lo precisaba pero la publicidad que le ha dado la conocida serie Juego de tronos al ser el lugar elegido para ambientar Rocadragón ha motivado la necesidad de controlar las visitas. Si pensáis visitarlo os aconsejo que hagáis reserva previa...
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