ORDEN TEMPLARIA. IGLESIA VIRGEN DE LA CARRASCA. (Bordón. Teruel).
En esta ocasión iremos a Bordón, pequeña localidad turolense de unos 140 habitantes. De origen cartaginés la población se encuentra entre los enclaves templarios de Mirambel y Castellote. A finales del siglo XIII la incorporaron a la encomienda de Castellote. Se le concedió la Carta Puebla en 1282.
Unas décadas antes un pastor encontró en una carrasca una imagen de la Virgen. Se construyó en el lugar una ermita. En 1306 los templarios, ante la gran devoción, edificarán una iglesia, la Iglesia de la Virgen de la Carrasca. Este es el templo que centrará nuestro interés (imagen 1).
Durante los siglos XVII y XVIII se realizaron numerosas ampliaciones y modificaciones que transformaron sobre todo los volúmenes exteriores. Y observando ese mismo exterior encontraremos, cómo indica Josep Pàmies, una interesante serie de canecillos que sólo una cultura tolerante como el Temple podía hacer: judíos, cátaros…
El interior del templo es fascinante. Misterio, mitos y leyendas, esoterismo…
En la iglesia hallaremos dos vírgenes, la Virgen de la Araña y la que da nombre al templo, la Virgen de la Carrasca (imagen 2). Repasémoslas de la mano del gran Miguel Giribets y de su blog. La Virgen de la Carrasca es una imagen románica en madera de unos 50 cm. de altura. La Virgen lleva una manzana y el niño un libro cerrado. La manzana es símbolo de fertilidad e inmortalidad. El libro cerrado indica que es poseedor de conocimientos que no se pueden desvelar. Se trata de una virgen negra. Recordemos que los templarios recuperaron la figura de las vírgenes negras desde que en Egipto entraron en contacto con el templo dedicado a la diosa Isis de la isla de Philae. En la alquimia, la materia primordial también es negra y se encuentra bajo tierra, es decir, en el seno de la Madre Tierra. La carrasca o encina es un árbol sagrado en todas las culturas del Mediterráneo. Es un árbol fuerte, muy longevo. La madera en la que se crucificó a Jesucristo también era de madera de encina. Desgraciadamente la talla original de la Virgen se encuentra desaparecida.
La festividad de la Virgen de la Carrasca es el domingo anterior al día 29 de septiembre, que es el día de San Miguel, otro de los santos templarios. Esta fiesta se celebra en fechas equinocciales y está relacionada, pues, con cultos solares.
La Virgen de la Araña (imagen 3) es patrona de Bordón desde 1733. Su nombre proviene de que tiene una araña a sus pies. La araña representa a la Madre Tierra tejiendo el destino de los hombres. También había una mariposa que representa la inmortalidad. En algunos pueblos de la antigüedad se usaba como protección frente a la lluvia y el viento. En el cristianismo tiene un sentido negativo, relacionándola con mal. La Virgen de la Araña de Borbón se usaba en el sentido que se ha hecho ancestralmente: para pedir agua y para escampar las tormentas. En época de sequía, se subía en procesión con la Virgen a la ermita del Calvario. Cuando los truenos amenazaban con una fuerte tormenta, se ponía a la Virgen en el esconjuradero de la iglesia y el peligro pasaba. Era una imagen gótica del siglo XV de alabastro que desgraciadamente se perdió en la guerra civil de 1936.
La portada (imagen 4) consiste en un arco apuntado y decorado con un apostolado de estilo esquemático, toda ella protegida por un pequeño pórtico. Bien, traspasemos ese umbral y entremos en el edificio. La primera contemplación es impactante.
En
la nave se abren capillas laterales con cupulines con linterna, salvo una
capilla, de estilo gótico, que va cubierta con bóveda de crucería con nervios y
capiteles historiados. Es la capilla de Santa Lucía (imagen 6). Esta capilla, que data de 1390, desde mi punto de vista es
una joya. Recordemos que el dominio del Temple en el Maestrazgo acabó en 1317
pero por qué no especular que se quedaron en Bordón conservando parte de su
filosofía.
En
ella encontraremos, en el techo, un Pantocrátor (imagen 7). Pero si observamos el orbe de
la mano izquierda parece que adivinamos dos continentes, el africano y
americano (recordemos que la factura de la capilla es de 1390).
También nos encontraremos, en los capiteles escenas de evangelios apócrifos como una especial Adoración de los Reyes Magos (que es toda una alegoría a un proceso alquímico) o una también especial Anunciación según el Evangelio Armenio. Observaremos la figura de la Virgen y que por su oreja va a entrar el Niño, la Palabra de Dios (imagen 8). Una escena muy similar la pude contemplar en el valle de Göreme (Capadocia). En la capilla, bajo el suelo, una pequeña cripta. Parece un lugar secreto y tenebroso, donde apenas cabe una persona.
En otro lugar del templo, en la zona de la torre, encontraremos otro espacio muy especial. Una Tau, una Tau templaria (imagen 9), en la clave de su bóveda es su único elemento decorativo (imagen 9). La Tau es un símbolo de la eternidad. Este lugar se encuentra en muy mal estado de conservación, parcialmente cegado y no es visitable. Es muy posible que este fuera el lugar en el que el novicio comenzara el camino para convertirse en caballero de la Orden. El rito iniciático comenzaría con una peregrinación por parte del aspirante desde Castellote (centro de la encomienda) hasta la iglesia de la Virgen de la Carrasca, unos 20 kilómetros. Una vez allí se le conduciría a este lugar donde, entrando de espaldas, pasaría la noche orando. Sería el comienzo de un proceso que acabaría en una serie de ritos en la nave del templo y que las pinturas del mismo nos ayudan a entender.
Como ya dije, lo primero que llama la atención es el colorido de sus paredes y techo (imágenes 10 y 11). Mucha de esta decoración está constituida por flores pintadas dando la apariencia de un inmenso jardín. Una representación de la naturaleza y de la energía de la Tierra, de donde se origina todo. Pero entre estos elementos vegetales también encontraremos multitud de figuras alegóricas. Las simbólicas pinturas al fresco son del siglo XVIII, muy posteriores a la época en la que los templarios eran los dueños y señores de la comarca que hoy lleva el nombre de El Maestrazgo. Hay quienes defienden una simbología sagrada entre los motivos pintados. Encontraremos dibujos del Ave Fénix (imagen 13), del can Cerbero y otros extraños dibujos (imágenes 12, 14 y 15), toda una lección para los iniciados.
En este momento quiere comentar otro aspecto relacionado con la música y con santa Cecilia. En Bordón existía un órgano de grandes dimensiones a tenor de referencias y documentos de los archivos municipales (los de la iglesia fueron destruidos en la Guerra Civil). Se necesitaban hasta cuatro personas para hacerlo funcionar y ocupaba prácticamente todo el espacio sobre la hornacina que aún alberga la pila bautismal, a continuación del coro y en el lado del Evangelio. Y sobre esa hornacina encontramos a Santa Cecilia (imagen 16). La santa protectora de los músicos marca una serie de notas. Algunos estudiosos defienden la existencia de una acústica mística en el interior del templo que facilitaría al creyente alcanzar otros estados de conciencia y que estaría en relación con las imágenes de lasque hablábamos anteriormente.
Otro aspecto relacionado con todo lo anterior es la existencia de varios puntos con una alta concentración de energía telúrica. Según un estudio realizado por Miguel Giribets, “llama la atención del nivel energético de la capilla de San Miguel (imagen 17), que llega a los 31.000 bovis”. Continua Miguel Giribets, “destaca un punto a unos 7 u 8 metros de la fachada oriental, justo debajo de la arcada donde está representado el renacer del iniciado en la figura del ave fénix y donde el sol incide perpendicularmente en las primeros horas del solsticio de verano. En este lugar el nivel energético es de 32.000 bovis (equivale a 10 sobre 10) y seguramente sería el punto donde el iniciado terminaría su trayectoria ritual”. La orientación del templo es este-oeste, es decir, hacia la salida del sol en los equinoccios. Hay una relación clara entre los movimientos del sol y las arcadas donde está descrito el proceso de iniciación.
De otra parte, al igual que veíamos el pasado mes en nuestro cuaderno de viaje a Camañas, o en la catedral de Teruel, encontraremos los restos de vigas policromadas del siglo XIII. El elemento central es la bandera de la corona de Aragón con una figura religiosa en el centro (imagen 18).
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