ERMITA DE STA. ELENA (Biescas. Huesca).

 

ERMITA DE STA. ELENA (Biescas. Huesca).


Se encuentra ubicada en el desfiladero entre la Tierra de Biescas y el valle de Tena. Este emplazamiento provocó disputas sobre su pertenencia a uno u otro territorio. Este desacuerdo se resolvió, cuenta la leyenda, cuando un cura (para garantizar la permanencia a Biescas) juró en el lugar que estaba pisando tierra de Biescas (previamente había metido en sus zapatos tierra de esta población).

No tenemos fecha de la fundación, aunque si sabemos que durante el reinado de Jaime I (siglo XIII) se hicieron donaciones para la restauración de un templo. A lo largo de los siglos la ermita ha sufrido incendios, saqueos y reconstrucciones y ampliaciones conservándose únicamente cuatro columnas y basas originales dando lugar todo ello a un ecléctico templo.



La ermita suele estar cerrada pudiendo acceder en tres señaladas fechas: El 13 de junio (S. Antonio), 18 de agosto Sta. Elena y el Domingo de Pascua de Pentecostés: en esta última fecha se realiza la Romería de las Cruces en la que se congregan las 34 cruces parroquiales de las poblaciones de la Tierra de Biescas y del valle de Tena. A continuación, os muestro unos segundos de esta romería celebrada el pasado 8 de junio.


La advocación es a Sta. Elena, madre de Constantino y descubridora de la Cruz donde murió Cristo. Dice la tradición que Elena, acosada por musulmanes, se refugió en una cueva de esta montaña. Una araña tejió una espesa tela cubriendo la entrada. Al ver la telaraña los perseguidores desistieron y no buscaron más. En la cueva comenzó a brotar agua y formó la Fuente de la Gloriosa. En el lugar se construyó la primera ermita.

Os propongo un plano con la planta del templo y los principales elementos del lugar:




El acceso se encuentra en el muro sur. Encima de la pila podemos ver un documento que narra un hecho milagroso acaecido a finales del siglo XVIII.




La iglesia tiene una amplia nave que se extiende en los laterales con capillas. A los pies unas escaleras nos llevan a un coro alto que se prolongan en los laterales mediante galerías.




La cabecera está protegida por una reja siendo el retablo de factura barroca. Está presidido por una talla de santa Elena vestida como emperatriz romana con ricos ropajes y portando, como es habitual, la Cruz encontrada.




En el retablo, en la parte inferior derecha, hay una puerta que nos lleva a la entrada a la cueva en la que se refugió la santa.




Existe un uso asociado a este espacio, a la cueva: recoger pequeñas piedras del suelo para chuparlas con el convencimiento de que tal acto les liberaría del dolor de garganta durante todo el año. Ciertamente, duramente mi visita pude ver a romeros recogiendo pequeñas piedras del lugar.




Volvemos al exterior. Quiero mostraros la Fuente de la Gloriosa formada por el agua que rezumaba de las paredes de la cueva. Las aguas manan intermitentemente atribuyéndose este carácter al malestar de la santa por hechos que sean de su agrado o no. Por ejemplo, en 1490 un gascón que se dirigía a Francia fue asesinado en el desfiladero. La fuente dejo de manar durante siete años, hasta que el asesino fue ajusticiado. Por supuesto, se dice que este agua también tiene propiedades curativas, en especial con el sentido de la vista.

Al otro lado bajando unas escaleras existe un pequeña y vistosa cascada.




Volvemos sobre nuestros pasos, regresamos a buscar nuestro coche. Sin embargo, antes quiero mostraros algo. A unos quinientos metros, en una llanura, podemos ver dos dólmenes datados al final del Neolítico, hacia el 2000 a. C. El mayor de ellos está reconstruido, fue derribado durante la Guerra Civil.




Muy cerca se encuentra el zoque de Sta. Engracia. Es lo único que nos queda del antiguo poblado medieval situado en el lugar, ahí estaría la iglesia. Fue destruido en los años 40 y reconstruido hace unos pocos años.




En la planicie podemos ver también algo interesante: un calendario celta. Este pueblo tenía un calendario fijándose en la luna, no en el sol como nosotros, dividían el año en trece períodos de 28 días y un período más de un día. Su calendario comenzaba el 1 de noviembre. A cada período le correspondía un árbol: abedul, serbal, aliso, sauce, fresno, abeto, roble, acebo, avellano, arce, olmo, haya, sauco y tejo. Bien, se recreo un calendario celta plantando en círculo estas especies.




Por último, si nos apetece caminar un poquito podremos realizar una pequeña ruta muy accesible (5-6 kilómetros) que nos lleva hasta la localidad de Biescas. En el trayecto podemos encontrar una piedra con forma de silla y una marca bajo ella con forma de huella. La tradición dice que allí se sentó santa Elena a descansar acosada por sus perseguidores. La huella sería suya con la particularidad de que el zapato estaría al revés para despistarlos. Leyendas.






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