ERMITA VIRGEN DEL CONSUELO (Camañas. Teruel).
ERMITA VIRGEN DEL CONSUELO (Camañas. Teruel).
Nuestro viaje nos llevará Camañas, localidad turolense que relacionaremos con nuestro querido Temple. Camañas es una pequeña localidad que conserva las ruinas de una fortaleza de una pequeña orden, la Orden de Monte Gaudio. Esta orden fue aprobada en bula de 1173 por el Papa Alejandro III y fundada en 1174 por el conde Rodrigo Álvarez de Sarriá con el consentimiento y fueros otorgados por el rey Alfonso II de Aragón que a su vez le concedió el castillo de Alfambra.
Tuvo una corta pero intensa vida. Con ella se fusionó la Orden del Santo Redentor con sede en Teruel. Fuerte y crecida, la Orden se internacionalizo participando en el sitio y toma de Jerusalén en 1099. Asimismo, intervino en la aciaga jornada del 4 de julio de 1187, en la batalla de los Cuernos de Hattin donde fue diezmada. La Orden quedó tan maltrecha que en 1196 fue disuelta ordenándose a sus miembros se integraran en la Orden del Temple a lo que algunos se negaron y fundaron la encomienda de Monfragüe dentro de la Orden de Calatrava.
Nos centraremos en dos lugares. El primer de ellos es el castillo. La parte más antigua es una torre de tapial con sillares en las esquinas. Su origen es posiblemente musulmán. Es de planta rectangular, de unos cuatro por cinco metros. Debía tener al menos tres niveles, habiendo desaparecido la parte superior. Posee puerta en alto, en la actualidad tapiada, seguramente para aumentar la defensa. La parte inferior estaba también protegida por una aspillera que aún se conserva. Posteriormente se abrió una puerta inferior.
Contigua a la torre hay un recinto de planta rectangular de unos 30x20 metros delimitado por sólidos muros con grandes sillares en las esquinas. Nada sabemos de su distribución interior pues hace unas décadas se construyó en el mismo un depósito de agua.
La datación de la torre podría corresponder a las últimas décadas del siglo XII, por lo que podría ser el único edificio conservado de la Orden de Monte Gaudio (aparte de alguna pequeña estructura del Castillo de Alfambra).
El recinto anexo sería de cronología posterior, posiblemente a la etapa templaria. A este periodo correspondería también el grueso de la fábrica de la ermita de la Virgen del Consuelo y que correspondería con una repoblación organizada por el Temple. Existe documentación que indica que en 1251 parte de las tierras de la Orden en Camañas fueron destinadas por Guillermo de Cardona, maestre del Temple en Aragón, para instalar cinco nuevos repobladores. Esta intervención fue debió de ser expresamente autorizada por Jaime I, al pertenecer la aldea a Teruel y ser, por tanto, de realengo. Esta fue la etapa fundamental del conjunto que iría perdiendo su función militar en favor de la residencial y administración económica.
El segundo lugar del que hablaba es precisamente esta ermita, la ermita de la Virgen del Consuelo. Se trata de un templo de planta rectangular rematado al este por cabecera compuesta de presbiterio y cilindro absidal que se encuentra casi rodeado por parte de un cubo de muralla de planta rectangular. Al acceder al interior del templo nos encontramos con una notable altura y un amplio espacio generado. En el ábside nos encontramos unas deterioradas, pese a la restauración, pinturas románicas. Se trata de un Pantocrátor en lo que lo mejor conservado parece corresponder al tetramorfos del lado sur .
La techumbre de madera de la nave guarda otro tesoro. Se trata de pinturas mudéjares en jácenas y maderamen. Se pueden realizar tres grupos. El primero integra un conjunto de caballeros, moros y cristianos; el segundo lo forman elementos del mundo fantástico medieval; y un tercero corresponde a escenas de la vida cotidiana. Todo ello rodeado de decoración vegetal y geométrica en la que no faltan tampoco motivos heráldicos.
Vamos a centrarnos en el primer grupo. Según el investigador Javier Ibáñez González podría tratarse de una la recreación propagandista de un hecho histórico acaecido unas décadas antes, la conquista de Valencia por Jaime I en 1238. Vemos una fortaleza a conquistar y un caballero cristiano con el emblema heráldico de las barras de Aragón cargando lanza en ristre:
Nos encontraremos también dos jinetes, dos caballeros templarios: uno de ellos lleva la tradicional cruz roja, en el otro vemos la representación esquematizada del Templo de Jerusalén (en realidad la Cúpula de la Roca), uno de los elementos heráldicos templarios reflejado en sus sellos.
Paseando por la viga toparemos con un caballero con el motivo heráldico de los Cardona (familia estrechamente vinculada con la Orden del Temple, le dio dos maestres) o un caballero templario alanceando un infante musulmán.
También encontraremos personajes del bando rival, musulmán. Al compararlos vemos como son claramente identificables por su vestuario y equipamiento. Tal y como me indicaba Rubén Sáez Abad, presidente de ARCATUR, tanto el equipamiento como las tácticas de combate son muy diferentes. Los soldados españoles montan a la brida y lanza en ristre pues la táctica habitual era la realización de cargas pesadas. No llevan casco, seguramente para facilitar la identificación de los portadores. Los soldados musulmanes montan a la jineta, con piernas flexionadas y portando la lanza en alto para su uso como arma arrojadiza.
Resulta muy interesante la escena en la que aparece un jinete cristiano persiguiendo y alanceando un musulmán que trata de escapar entrando dentro de los muros de un castillo. Desde una de las torres uno de los defensores toca el añafil.
Acabando quisiera agradecer las magníficas fotografías de Emilio Viso que nos han acercado a unas escenas normalmente inalcanzables.
Por lo demás he visto pinturas semejantes en el maderamen de la catedral de Teruel o Bordón, que pronto visitaremos, así como escenas semejantes de la conquista de Valencia por Jaime I en el castillo calatravo de Alcañiz.
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